Síndrome del colon irritable: Consejos para mejorar tu salud digestiva

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El síndrome del intestino irritable (SII), también conocido como síndrome de colon irritable, es un trastorno funcional digestivo que afecta a entre el 10 y el 20% de la población. Se trata de una alteración crónica que puede producir dolor abdominal, hinchazón, diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos. Aunque no causa daños permanentes en el intestino, sus síntomas pueden ser muy molestos y afectar seriamente la calidad de vida.

A día de hoy, no existe una cura definitiva, pero sí múltiples formas de aliviar los síntomas del colon irritable a través de cambios en el estilo de vida, la alimentación y el uso de complementos alimenticios que puedes encontrar en nuestra parafarmacia online.

¿Quién puede padecerlo?

El síndrome de intestino irritable puede afectar a cualquier persona, aunque es más común en:

  • Mujeres, especialmente entre los 20 y 50 años.

  • Personas con antecedentes familiares de trastornos digestivos.

  • Pacientes con ansiedad, depresión o historial de trauma emocional.

  • Quienes llevan una dieta baja en fibra o rica en alimentos ultraprocesados.

¿Cómo se diagnostica el colon irritable?

El diagnóstico del SII se basa principalmente en la observación de síntomas. No existen pruebas específicas, pero el médico puede realizar análisis de sangre, pruebas de intolerancia alimentaria o una colonoscopia para descartar otras patologías como la enfermedad celíaca o la colitis ulcerosa.

Los criterios de Roma IV se utilizan frecuentemente para diagnosticarlo, y requieren que el paciente haya experimentado dolor abdominal recurrente al menos una vez por semana en los últimos tres meses, junto con otros síntomas como cambios en la frecuencia o forma de las deposiciones.

Causas del colon irritable

Aunque todavía no se conoce una única causa clara del colon irritable, los expertos coinciden en que se trata de un conjunto de factores que afectan al funcionamiento del intestino:

  • Hipersensibilidad visceral: el intestino se vuelve más sensible al dolor o al movimiento.

  • Alteraciones en la microbiota intestinal: desequilibrios en las bacterias del intestino pueden desencadenar síntomas.

  • Estrés y ansiedad: el eje intestino-cerebro está implicado en este trastorno.

  • Cambios hormonales: muchas mujeres experimentan un empeoramiento de los síntomas durante la menstruación.

  • Infecciones gastrointestinales previas: algunas personas desarrollan SII después de una gastroenteritis.

Síntomas del síndrome de colon irritable

Los síntomas del intestino irritable varían mucho de una persona a otra, pero suelen tener en común un patrón de molestias digestivas recurrentes. El signo más característico es el dolor o malestar abdominal, que se alivia, en muchos casos, tras la evacuación intestinal. Otros síntomas habituales incluyen:

- Dolor abdominal es el síntoma más característico se desarrolla como una molestia difusa, tipo cólico o espasmo. Aparece en la parte baja del abdomen, aunque puede variar de localización. En la mayoría de los casos, el dolor mejora después de la evacuación intestinal o tras la expulsión de gases.

Este dolor se produce por una hipersensibilidad visceral, es decir, un aumento de la sensibilidad en las terminaciones nerviosas del intestino. El dolor no siempre está relacionado con el tamaño del estímulo, por eso puede sentirse muy intenso incluso cuando no hay una distensión visible del vientre.

- Las alteraciones en la frecuencia y consistencia de las heces son una de las principales características del SII. Existen varios subtipos según el síntoma predominante:

  • SII con diarrea predominante (SII-D): deposiciones blandas, urgentes, frecuentes, a menudo matutinas. Puede ir acompañado de sensación de evacuación incompleta.

  • SII con estreñimiento predominante (SII-E): heces duras o en forma de bolitas, menos de tres veces por semana, esfuerzo al evacuar.

  • SII mixto (SII-M): alternancia de episodios de diarrea y estreñimiento.

La causa está en un desequilibrio en la motilidad intestinal, es decir, el intestino se mueve demasiado rápido (provocando diarrea) o demasiado lento (generando estreñimiento), sin una causa orgánica aparente.

- Sensación de evacuación incompleta. Muchos pacientes refieren la sensación de no haber vaciado completamente el intestino tras defecar. Esto puede causar ansiedad, necesidad de volver al baño varias veces o incluso uso excesivo de laxantes.

Este síntoma refleja una disfunción en la coordinación entre el recto y los músculos pélvicos, que puede ser tanto funcional como emocional.

- Otro síntoma frecuente y muy molesto es la sensación de hinchazón o vientre inflamado, que muchas veces empeora a lo largo del día. La distensión abdominal puede no acompañarse necesariamente de gases visibles, pero se percibe como un aumento de volumen o tensión.

Esta sensación se debe a una fermentación anormal de los alimentos en el colon, sobre todo de los hidratos de carbono no digeridos, lo que genera una sobreproducción de gases. Además, la alteración en el tránsito intestinal hace que estos gases no se eliminen correctamente.

- Los gases intestinales excesivos son una consecuencia directa de la fermentación bacteriana en el colon. El aumento de gases no solo produce distensión abdominal, sino también molestias como eructos, flatulencias malolientes y ruidos intestinales (borborigmos), que pueden resultar incómodos socialmente.

Este síntoma es especialmente común en pacientes con un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), que suele coexistir con el colon irritable.

- Aunque no es un síntoma digestivo directo, la fatiga es muy común en pacientes con SII. El agotamiento puede deberse a una mala absorción de nutrientes, a trastornos del sueño vinculados al dolor o a un estado de estrés emocional constante. Muchos pacientes se sienten crónicamente cansados, sin energía y con dificultades para concentrarse, un fenómeno conocido como brain fog o “mente nublada”.

Existe una fuerte conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. El estrés, la ansiedad y la depresión no solo empeoran los síntomas gastrointestinales, sino que también pueden ser consecuencia del SII, creando un círculo vicioso difícil de romper.

Algunos pacientes desarrollan ansiedad anticipatoria ante el miedo de tener síntomas en lugares públicos, lo cual afecta sus relaciones personales y actividades cotidianas.

Cuándo consultar al médico

Aunque los síntomas del colon irritable no suelen indicar un problema grave, es importante acudir al médico si aparecen señales de alarma como:

  • Sangre en las heces

  • Pérdida de peso sin motivo aparente

  • Fiebre persistente

  • Dolor que despierta por la noche

  • Cambios bruscos en los hábitos intestinales

¿Qué no se puede comer con colon irritable? Alimentos a evitar

Si te preguntas: “¿Qué alimentos evitar con colon irritable?”. La dieta juega un papel fundamental en el manejo de esta condición. Entre los alimentos que conviene evitar están:

  • Lácteos si hay intolerancia a la lactosa

  • Legumbres en exceso (por la producción de gases)

  • Edulcorantes artificiales como el sorbitol

  • Alimentos ultraprocesados, embutidos y fritos

  • Bebidas carbonatadas, café y alcohol

Los 5 mejores alimentos para el colon irritable

Por el contrario, hay alimentos que pueden ayudar a mejorar el tránsito intestinal y reducir la inflamación, como:

  • Avena: fuente de fibra soluble que favorece el tránsito sin irritar.

  • Plátano maduro: fácil de digerir y rico en potasio.

  • Calabaza: suave para el intestino y rica en antioxidantes.

  • Yogur con probióticos: mejora la microbiota intestinal.

  • Pechuga de pollo o pavo: proteína magra que no provoca fermentación

¿Cómo se trata el colon irritable? Complementos alimenticios eficaces

Además de seguir una alimentación adecuada y mantener el estrés bajo control, algunos complementos alimenticios son eficaces en el tratamiento natural del colon irritable. La clave está en elegir aquellos productos que actúan directamente sobre los mecanismos del SII: equilibrio de la microbiota, reducción de la inflamación intestinal, mejora del tránsito intestinal y protección de la mucosa digestiva.

- Probióticos específicos para el colon irritable

Los probióticos para colon irritable son una de las terapias naturales más respaldadas por estudios clínicos. Ayudan a reequilibrar la microbiota intestinal, reducir la inflamación y mejorar el tránsito. Lo ideal es elegir productos con cepas bien estudiadas, específicas para el SII, como Bifidobacterium infantis, Lactobacillus plantarum o Saccharomyces boulardii. Prueba Florabiotic IBS Colon Irritable o Lactoflora IBS

- Infusiones digestivas y antiespasmódicas

Las plantas medicinales con propiedades carminativas, antiespasmódicas o antiinflamatorias son una excelente opción para aliviar síntomas agudos del SII como gases, retortijones o digestiones pesadas.

- Productos con acción barrera intestinal

Los productos que refuerzan la barrera intestinal y evitan la penetración de sustancias irritantes, reduciendo la inflamación local. Kijimea IBS contiene una tecnología patentada basada en bifidobacterias inactivadas mecánicamente que se adhieren a la mucosa intestinal formando una barrera protectora.

- Enzimas digestivas

Cuando el colon irritable se asocia a digestiones lentas o intolerancias alimentarias leves, las enzimas digestivas ayudan a descomponer correctamente grasas, proteínas y carbohidratos, evitando fermentaciones y producción de gases.

- Fibras solubles y prebióticos

La fibra juega un papel fundamental en el colon irritable, especialmente si se utiliza fibra soluble, que mejora tanto la diarrea como el estreñimiento sin provocar irritación.

- Suplementos antiestrés y reguladores del eje intestino-cerebro

Dado que el estrés y la ansiedad influyen directamente sobre los síntomas del colon irritable, resulta útil incorporar productos que actúen sobre el sistema nervioso de forma natural. En este caso, te recomendamos Serotogyn; un Complemento con L-triptófano, magnesio y vitamina B6, útil para regular el estado de ánimo y reducir la respuesta al estrés.

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